Hacia abajo hasta los pies, eso queda claro, y hacia arriba hasta la punta de nuestro pelo. Por todos lados hasta la piel, y después, hasta dónde alcanzan los brazos, y las piernas lo conducen.
Con nuestro cuerpo expresamos todo lo que somos, expresamos emociones y afectos. Nuestra postura, gestos, mirada y nuestros movimientos comunican.
En la clase de yoga y movimiento de MdlC, justo trabajamos comunicando, aprendiendo nos divertimos y compartimos, usando todo nuestro cuerpo.
Estirar el cuerpo, relajarlo, tomar conciencia del momento, realizar posturas, escuchar historias, reír, expresar lo que sentimos, son parte del programa de actividades de la clase, en la que indirectamente, mientras corremos, saltamos, nos detenemos, nos estiramos, seguimos instrucciones auditivas, imitamos movimientos y seguimos ritmos, vamos integrando nuestro cuerpo y conociendo sus capacidades.
Nuestras clases de yoga son temáticas, y se adaptan a las necesidades del grupo y de cada uno de los niños y niñas, practicamos yoga de forma muy divertida para complementar el desarrollo integral de los niños y niñas, ayudándoles a prestar atención a su cuerpo, a sentirlo, a conocerlo mejor y a entender sus limitaciones.
Los niños se llevan un mensaje positivo, aprenden sobre anatomía, insectos, del universo, las plantas… dando un sentido de conciencia y respeto hacia sí mismos y hacia el mundo que les rodea.
Con un tapete de yoga y nuestra imaginación, vamos logrando que el niño poco a poco tome conciencia de su cuerpo y de su entorno. Por medio del juego simbólico nos comunicamos, socializamos y mejoramos nuestra imagen corporal. Al tiempo, trabajamos indirectamente concentración, lateralidad, organización espacial, ritmo y diversos aspectos más, que integran una completa estimulación. En nuestras clases de yoga nos divertimos, jugamos mientras vamos conociendo nuestro cuerpo, aprendiendo a mirarnos a nosotros mismos sin juicio.
En casa también pueden probar diferentes actividades con el cuerpo, desde bailar hasta hacer ejercicios que brinden conciencia de la respiración, o bien, contar un cuento o una historia y representar con el cuerpo a los personajes y lo que sucede.
Papás y mamás pueden pedirles a sus hijos que les enseñen las posturas que han aprendido; no importa si son correctas o incorrectas, recuerden que su motricidad y su integración corporal está en desarrollo.
También pueden apoyarlos recordando el día en el que su hijo o hija tomará la clase, para que vengan a la escuela con la ropa adecuada y zapatos fáciles de poner y quitar, ya que la ropa debe permitirles moverse cómodamente: él o ella se quitará los zapatos al iniciar la clase, y se los pondrá al finalizar. ¡Ayúdenles a sentirse libres durante la clase!
Algunos juegos con la respiracón pueden ser los siguientes:
RESPIRACIÓN DE PAZ
La palabra paz tiene muchos significados: amor, no violencia, compasión, armonía…
Cuando estás en paz es sencillo ayudar a que los otros se sientan igual. Cierra los ojos, relaja todos los músculos de la cara, y comienza a inhalar largo y profundo. Inhala, y al exhalar, murmura la palabra “paz”; envía paz a todos los países en guerra, a los animales, a la gente que amas, a cada una de las partes de tu cuerpo.
Nota:
Aprende la palabra paz en diferentes idiomas:
Árabe=Salaam
Cantones=Peng On
Hebreo=Shalom
Hindu=Shanti
Ruso=Mir
NADA PATITO NADA
El oxígeno es la comida de nuestro cerebro, así que mientras más y mejor respiremos, mejor funciona nuestro cerebro.
Recuéstate sobre tu espalda con los brazos extendidos a los lados y las piernas estiradas. Coloca un patito de huele o un muñequito de peluche sobre tu ombligo y respira suavemente. Pon atención al muñeco que has puesto sobre el ombligo; cuando inhalas, tu estómago se infla y el muñeco sube, mientas exhalas, tu estómago se desinfla y el muñeco baja. Lleva a tu muñeco de paseo por el mar mientras inhalas y exhalas.
Nota:
Esta técnica ayuda a los niños a entender cómo respirar usando el diafragma, así como a darse cuenta de que nuestros pulmones se inflan y se desinflan. Podemos explicarles que el aire entra por nuestra boca y nariz, y viaja por todo nuestro cuerpo.