

En estas clases los niños practican posturas yóguicas de forma simple y divertida, se les habla de anatomía de manera sencilla para que poco a poco vayan conociendo su cuerpo, se platica sobre los sentimientos: cómo se sienten ellos y los demás, para que desarrollen su empatía, y se abordan valores universales.
Entre los principales objetivos está el aprender a relajarse, a encontrar un refugio interno, y a resolver los problemas cotidianos de manera natural y creativa.
Además de favorecer todo el sistema locomotor, ayudando a que trabajen con la atención y la imaginación, se estimulan capacidades de aprendizaje, mientras van desarrollando un mayor control interno y creando una conciencia universal.